Dualidad entre lo que parece y no es
Uno
pierde los instintos
y se
inventa al fondo de la calle,
bajo el
adoquín de la escalera,
tras el
cuarto menguante de los sueños:
debilitado,
extenuado, conmovido
de
buscarse sin encontrarse, de ser(se), siendo.
Una se
desnuda de certezas
y se
deshoja gota a gota
hasta
hallarse en los poros bajo el suelo,
producto
de los charcos de su mirada.
¿Puede
haber condena más cruel
qué la
indiferencia de sí mismo?
Pregunto.
NO. Afirmo.
H de L
- Extraído de mi novela "cerrar un círculo abrir una espiral"
-Fotografía: Victoria Francis
- Extraído de mi novela "cerrar un círculo abrir una espiral"
-Fotografía: Victoria Francis
6 comentarios:
No.
No hay indiferencia más cruel que esa.
Cuando ya da lo mismo todo.
Empiezo a sentirla.
Saludos.
Exactamente.
Lo cierto, Toro, es que es muy fácil dejarse caer al vacío cuando parece que no quedan ramas dónde asirse para trepar.
Si desenredamos las pestañas( trabajo arduo) y conseguimos entreabrir los ojos, veremos que siempre hay alguna mano a la que aferrarnos, a veces, las más, somos nosotros mismos los que debemos tendérnosla.
Esto está muy bien para jugar con las palabras y la literatura, para la vida real, no te dejes caer o sujétate fuerte, ahí arriba hay un sol brillando.
Ya lo intento... ya... pero con el paso del tiempo voy comprobando que todas las ramas están podridas.
Y el sol se ríe y me carboniza.
Por eso voy de sombra en sombra y lo más lejos de la gente que puedo.
Besos.
Mmm, comprendo...el bosque está muy podrido, para que vamos a negarlo, aún así, siempre hay alguna rama que aún merezca la pena, un flor, un brote, un pequeño pétalo caído,y lo mejor, tú mismo. Para que buscar fuera lo que seguro está dentro...
Beso.
La vida es un prodigio, algo excepcional y único.
Pero la mente es caprichosa.
Un beso.
No puedo estar más de acuerdo. Un beso
Publicar un comentario